Por: Diana Elena López Robledo
Decidí estudiar Inclusión Educativa en base a mis habilidades para adaptar mis enseñanzas a cualquier persona que me lo pidiera; desde niña siempre quise ser maestra, y aunque pensé en algunas otras carreras como Pedagogía, Chef o Ingeniería, decidí investigar acerca de la ENOL por algunas compañeras que también buscaron una rama de la educación, me llamaba la atención preescolar, pero al ver que existe la licenciatura, me dediqué a indagar sobre cómo se desarrolla y cómo iba a ayudarme en mi formación.
Así mismo recordé una experiencia pasada con un chico con Síndrome de Down que dejó una pequeña gran huella en mi vida, la cual me impulsó a querer ser una fuente de apoyo y ayuda.
Desde ahí creí que sería una buena carrera para mí, que me gusta ser una persona que comparte información, que aprende, y se sensibiliza ante grupos vulnerables, como en este caso son los niños con NEE (Necesidades Educativas Especiales).
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